Galletas saludables con avena, azúcar morena y aceite de coco [Merienda ligera]
Con un enfoque en dietas bajas en grasas y reducidas en calorías, queremos consumir aceites saludables. Sin embargo, a menudo es difícil resistir los antojos. Así nació este experimento: galletas crujientes hechas de granos integrales y una mínima cantidad de aceite. Una pequeña cantidad de aceite de coco produce galletas crujientes que son 100 veces más saludables que las alternativas compradas. Por supuesto, el aceite de coco puede sustituirse por aceite de oliva, aunque perderá el aroma a coco. Esta receta produce unas 20 galletas de aproximadamente 5 cm de tamaño. Recomiendo duplicar la cantidad, ¡es el snack perfecto! ¡Satisfactorio y delicioso! También puedes personalizar las galletas agregando algunas semillas. Yo añadí semillas de calabaza.
Ingredientes
Pasos
Bate el huevo y el azúcar moreno con un batidor hasta que la mezcla sea homogénea y el azúcar esté completamente disuelto.
Agrega el aceite de coco y sigue batiendo. No te preocupes si el aceite y el agua se separan, solo mezcla lo mejor posible.
Tamiza la harina baja en gluten, el polvo de coco (puede sustituirse por la misma cantidad de coco rallado), el coco rallado y el polvo para hornear. Añade sal (ver consejos).
Mezcla con una espátula de silicona hasta que no queden polvos secos visibles.
Añade la avena cruda (los copos crudos mejoran la textura; son mejores que los copos instantáneos, que absorben más agua y hacen las galletas más blandas). Mezcla bien. Si resulta difícil de remover, usa guantes y mezcla con las manos. Es normal que la masa parezca seca. Amásala y déjala reposar 10 minutos.
Toma la cantidad que se muestra en la foto y forma una bola.
Aplana como se muestra. El grosor debe ser de aproximadamente 3-5 mm. Las galletas se expanden al hornearse, así que no las hagas demasiado delgadas para que no pierdan su textura.
Espolvorea un poco de coco rallado por encima. Precalienta el horno a 170-180°C. Hornea aproximadamente 16-18 minutos hasta que estén doradas con los bordes ligeramente dorados. Supervísalas para evitar que se quemen.
Después de hornear, coloca las galletas en una rejilla para que se enfríen. Una vez frías, guárdalas inmediatamente en un contenedor hermético para mantenerlas crujientes. ¡No pude resistirme a comer dos directamente del horno! ¡Qué delicioso aroma a coco!